Creando Conciencia, la cooperativa de reciclado que hace más de 12 años trabaja junto a AVN en Nordelta, presentó un kit de útiles escolares 100% sustentable, fabricados a partir de telgopor reutilizado. El mismo consta de una regla, una escuadra (de 45 y 60 grados), un transportador y una paleta de pinturas. La regla, puntualmente, ofrece un diseño innovador, ya que se utiliza también como compás y tiene un borde ondulado aplicable a marcaciones decorativas.
El proceso, para convertir el telgopor en útiles escolares, comienza con la recolección y separación del material; luego se le quita el aire (achicandose en una proporción de 10 a 1), se muele, más tarde se extrusa y, por último, se inyecta en matrices diseñadas específicamente para generar los útiles.
Este desarrollo cobra especial importancia, ya que el telgopor se ubica en la categoría 6 de tipo de plástico, en cuanto a su contaminación ambiental, y puede demorar entre 100 y 1.000 años en degradarse. A su vez, por su bajo peso resulta poco rentable para la venta, porque su logística es muy cara. Es por eso que la reutilización del mismo trae dos ventajas: por un lado, se usa lo que ya existe, evitando que contamine, y por otro se evita generar material nuevo.
La iniciativa tiene, además, un cuádruple impacto, ya que a través de un acuerdo firmado recientemente con APAER (Asociación de Padrinos y Alumnos de Escuelas Rurales), parte de lo recaudado por la venta del kit será donado a escuelas rurales.
Es importante señalar que, como su tamaño se reduce de manera exponencial, se requiere de grandes volúmenes para poder obtener el poliestireno con que se fabrican los útiles escolares. Es por ello que Creando Conciencia lanzó una campaña llamada Telgopor + útil, en donde se convoca a la comunidad a acercar el telgopor que ya no se usa a la sede de la cooperativa, en Sebastián Elcano 1262, Benavídez.
Esta idea, que permite darle una nueva vida a materiales que son altamente contaminantes y colaborar al mismo tiempo con sectores vulnerables de la comunidad educativa, refuerza la necesidad de comprometer a todos los vecinos en la separación de residuos en origen, una práctica que suma cada vez más adeptos en Nordelta.