Los pozos serán monitoreados mensualmente para analizar diferentes parámetros como el nivel del agua en el pozo, las características fisicoquímicas (conductividad, el pH, la concentración de nutrientes y oxígeno, entre otros), la presencia/ausencia de microorganismos y contaminantes (organoclorados, organofosforados y metales pesados).
La red se crea cumpliendo las exigencias de la Evaluación de Impacto Ambiental, y busca entender en profundidad cómo se mueve el acuífero bajo el suelo nordelteño y cómo se desarrolla su interacción con los lagos de la ciudad, el Arroyo las Tunas y el Arroyo El Claro.
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