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La subcampeona nacional de equitación vive en Los Castores

Lucrecia Cesaroni logró ese trofeo el pasado diciembre. Compite desde los 9 años y ya había ganado el Campeonato nacional. Entrena entre 4 y 6 horas diarias.

A los 6 años, la madre llevó a Lucrecia Cesaroni a hacer un paseo a caballo cerca de la quinta que tenían en el barrio CUBA. Allí descubrió su pasión, la equitación. Nunca más dejó de cabalgar. Actualmente, y luego de obtener otros grandes premios, esta vecina de Los Castores es la subcampeona nacional de salto.

“Vivíamos en Coronel Díaz y Beruti, totalmente porteña, lejos de la vida de campo -se ríe-. En mi familia a todos les gustan los animales, pero nadie cabalga. Pero a mí me picó el tema. Al principio, iba los fines de semana a clubes de la zona de la quinta. Después ya me pasé a un hípico de Boulogne. Pero con el tiempo comencé a entrenar más, y me hice socia del Hípico Alemán, para estar más cerca de casa y poder ir todos los días”.

Lucrecia participó de su primera competencia ecuestre a los 9 años. Hoy entrena unas 4 a 6 horas diarias. Con su esposo, que también practica equitación, tenían una quinta en Moreno, con su caballeriza. Pero en 2008 se mudaron con sus tres hijos a Nordelta. Primero vivieron en La Alameda, y en 2011 compraron la casa en la que viven en Los Castores. “Ahí se me empezó a hacer complicado ir y venir a Moreno, así que mi esposo buscó y buscó hasta poder armar nuestra caballeriza a menos de 10 minutos de casa, cerca de Villa Nueva -añade-. Hoy tengo toda mi vida acá, puedo ir a entrenar por la mañana, volver a casa a comer, regresar por la tarde. Tengo la libertad de que mis hijos se pueden mover con libertad por Nordelta, que están seguros. E igual estoy a 5 minutos del colegio, del supermercado, de todo”.

El campeonato nacional

En diciembre pasado, Lucrecia participó del campeonato nacional de equitación, en la categoría más exigente, con vallas de 1,50/1,60 metros de altura. Sólo 20 personas llegaron a ese nivel. “Fueron 5 pruebas, una primera de velocidad y dos recorridos dobles, de 12 vallas, con 5 pasadas cada una -explica-. Gana el que menos fallas tiene. Y quedé a ahí nomás del primero, porque tuvimos la misma cantidad de vallas caídas, pero él había hecho unos segundos menos en la primera prueba”. Así se convirtió en la subcampeona nacional.

Este no es su primer premio, sin embargo. En 2009 obtuvo el premio mayor y fue Campeona nacional.  Y en el 2010 participó del Campeonato Mundial, en Kentucky, entre muchas otras pruebas.

Entrenamiento y torneos

“Este es un deporte donde dependés mucho de encontrar un buen caballo -explica Lucrecia-. Ahora tengo a Camilo, que es muy bueno. Los caballos de salto son muy caros. O los comprás ya formados o los crías de jóvenes y vas viendo cuál tiene potencial, que es lo que hago yo. Siempre tengo 6 o 7 en la caballeriza, viendo cuál evoluciona mejor”.

Además de entrenar diariamente, Lucrecia compite casi todos los fines de semana. “Hay campeonatos en el Alemán, el Hípico Argentino, en Pilar, está el circuito de las canchas de polo”, dice. Su empeño es tanto que el año pasado ganó el Ranking de los 6 grandes premios, ya que acumuló el mayor puntaje en la liga mayor de la equitación local.

“Lo mío es una pasión, tengo hasta los libritos que me regalaban de chica guardados sin una arruga. Sólo dejé de saltar durante mis tres embarazos. Mis padres eran ambos profesionales y querían que hiciera una carrera universitaria, pero yo me negué, me dediqué toda la vida a esto. Y estoy segura de no haberme equivocado, es lo que siempre quise hacer” concluye.

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