“Mi trabajo es estar en la calle” asegura Héctor, quien integra hace 18 años el área de Seguridad de la Asociación Vecinal Nordelta, y hoy es Supervisor. Su horario de trabajo es de 22 a 06 horas, y la noche del 31 de diciembre recibió el Año Nuevo en sus funciones.
“Me di cuenta que eran las 12 de la noche cuando iba girando por la rotonda de La Alameda y escuché sirenas” cuenta Salmi, a quien el 2024 lo sorprendió de guardia. “La noche del 31 cenamos con Laura, mi mujer, y mi hijo Nazareno a las 20:30 horas y después me vine al trabajo. Ellos saben que mi horario es atípico” explica con naturalidad.
Un trabajo de planificación y control
Con el saludo anticipado de “Feliz año” su ingreso a las 22 horas a Nordelta implicó poner en acción un plan que se repite cada noche. Según explica, el desafío es planificar y controlar la organización de la seguridad de la Ciudad. Apenas ingresa, Héctor realiza lo que llama “el armado”, es decir, asegurar que todos los puestos estén cubiertos por las personas de Seguridad. Después se refuerzan los Accesos a la Ciudad colaborando en lo que se precise, y luego, durante toda la noche, se recorren las calles para confirmar que todo esté bajo control.
“Conociendo otros barrios cerrados puedo decir que Nordelta tiene una Seguridad de avanzada. Este año se recibió el Año Nuevo casi sin inconvenientes, cuando antes era más difícil controlar demoras en los ingresos, el uso de pirotecnia, o alguna eventualidad que surgía” argumenta el Supervisor sobre una tarea que es en equipo.
Una Seguridad con tecnología y personas
Su recorrida por las calles no es un trabajo relajado, ya que implica controlar y a la vez no demorarse. Tiene permanente contacto con la Central de Monitoreo. El trabajo en equipo combina la seguridad electrónica, es decir, la Central, las cámaras, la comunicación inmediata, con la seguridad física, en referencia a la operativa, el “estar en el lugar donde pasan las cosas”.
“Nuestro objetivo es siempre brindar la mejor solución posible” asevera Héctor sobre el trabajo colectivo de las personas involucradas en la Seguridad de la Ciudad. Todos los puestos son importantes y tienen una responsabilidad, ya que forman parte de un engranaje que debe asegurar un control minucioso de todo lo que sucede.
Héctor Salmi explica que en las fiestas los turnos de los supervisores van rotando y que esta vez le tocó a él cubrir la noche del 31. Desde una mirada más reflexiva, esa noche le permitió ver con más detalles el crecimiento de la Ciudad estos últimos años: “Nordelta es dinámica, pujante, está siempre en desarrollo y eleva la vara para nuestra actividad de seguridad. Puedo decir que este trabajo no siempre es igual y hay que adquirir cada vez más conocimientos para los desafíos que se presentan”.
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