Una tortuga de agua dulce fue vista cerca de una de las lagunas cerca del Acceso Sur y, tras el aviso de un vecino, el equipo de Medio Ambiente se acercó a la zona. Al llegar, se encontraron con que el animal, estaba desovando. Una rareza de ver, ya que esta especie requiere mucha energía para generar sus huevos, por lo que suelen reproducirse una vez cada 2 o 3 años.
Entendiendo lo delicadez del momento, el equipo de Medio Ambiente se quedó en el lugar para asegurarse que la tortuga no sufriera ningún ataque por parte de depredadores naturales que pudieran atacarla, tales como caranchos o aguiluchos. Gracias a la custodia, la tortuga pudo depositar sus huevos sin riesgos de depredadores y regresar al agua segura.
Nordelta y su calidad del agua
La presencia y reproducción de tortugas de agua dulce, si bien es difícil de ver, no es una casualidad. En efecto, responde a un trabajo continuo de mantenimiento de los espejos de agua, limpieza de los lagos y preservación de la vegetación costera.
“Cuando la vegetación acuática se desarrolla absorbe nitrógeno y fósforo que son nutrientes básicos para su crecimiento, evitando de esta forma, su disponibilidad para microorganismos, los cuales pueden provocar la pérdida de calidad de los cuerpos de agua de la ciudad. Por ello, la presencia de la vegetación en el agua es fundamental, no solo para la absorción de nutrientes y contaminantes, sino también como zonas de refugio, anidación y alimentación de muchísimas especies típicas de nuestros lagos” detalla Constanza Falguera, Bióloga y responsable de Factores Ambientales y Lagos de la AVN.
Una Ciudad que cuida sus lagos y la vida que contienen, es una ciudad sustentable.