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Los primeros vecinos en mudarse al barrio Los Puentes

La familia compuesta por Juan Martín, Dolores, Felipe y Lucía define la casa como "vivible y poco convencional". Actualmente hay otras 44 obras en ejecución.

La primera familia ya se mudó a Los Puentes. “Vivir con acceso al agua es increíble. Es mágico. Tiene un plus tremendo que no lo había vivido antes”, dice Juan Martín, que con su esposa Dolores y dos hijos hicieron una experiencia en La Alameda para conocer mejor la vida en Nordelta, antes de decidirse a construir su propia casa.

Camino a la casa se pueden observar en las calles numerosos grupos de trabajadores de la construcción. Algunos levantan paredes, otros revisan instalaciones. También están quienes les dan forma a los jardines de los frentes. En el barrio hay hoy 44 casas en obra. Los vecinos de Los Puentes comenzarán a pagar expensas a partir de este mes, con vencimiento en enero.

Juan Martin conoce el desarrollo de Nordelta desde sus comienzos. Vivió toda su vida en el Bajo de San Isidro. Sin embargo, hace unos años decidió mudarse a la Ciudad para ver si su familia se podía adaptar al cambio. Lo hicieron fácilmente: “Vivir con acceso al agua es mágico” asegura el vecino, que además es fanático de los deportes: “Voy al Club Nordelta, nado muy seguido y entreno para triatlón. Salir a correr, andar en bici, nadar, es todo muy cercano. Acá tengo todo”.

La familia la componen Juan Martin, su mujer Dolores, sus hijos Felipe de 12 años y Sofia de 8, y su perrito Kai, un bretón muy cariñoso de 3 años. En tan solo 12 meses se terminó de construir la casa. Mientras avanzaba la construcción, vivieron un tiempo en La Alameda. “Quería que todo fuera armonioso y así resultó. Fue un récord porque nos habían dicho 18 meses. Hace unos días nos mudamos y no teníamos vecinos. De a poquito empezamos a ver como se sienten las cosas. Nos sentimos ansiosos y contentos a la vez porque el Barrio empieza a crecer”.

El vecino dirige una agencia de marketing y eventos 360 para el ámbito corporativo y su pareja tiene un salón donde practica el tarot. La casa dialoga con estas profesiones y el amor por los viajes.

Una casa con aires del sudeste asiático

El arquitecto que diseñó el proyecto es Ezequiel Gil, el constructor Rodrigo Cordero y el director de obra Gastón Sánchez Guex. Los tres conocen muy bien la Ciudad. Juan Martín se define como alguien que persigue los detalles y al entrar a la casa inmediatamente se percibe una atmósfera agradable y con sutilezas que te hacen sentir bienvenido.

De entrada, el vecino asegura entre risas: “La casa no es normal. A nosotros no nos gusta lo convencional. Queríamos una casa con impronta propia y lo logramos” cuenta con orgullo. Con una idea concebida en un viaje a Bali, se acercaron al arquitecto y resolvieron muy rápido el plan de acción.

El proyecto está armado con tres conceptos distintos. La planta baja de la casa está rodeada de ventanales que permiten el ingreso de luz y aire en todo momento. Con una impronta elegante y playera a la vez, al acceder al hogar se presenta una invitación al ras del suelo: una bodega subterránea se puede ver a través de un vidrio que invita al brindis. También hay un cuadro de Juan Pablo Reyes con una atesorada costa chilena donde Juan Martin hace surf.

El espacio presenta un living amplio, con una cocina cómoda y un living comedor abiertos a los ventanales que dan al deck de madera exterior. Allí la parrilla y la barra son la antesala a la amplia pileta y el espejo de agua del lago. También hay un cuarto de tarot que conecta por un ventanal a un futuro jardín de invierno.

El primer piso genera algo más de intimidad con un estilo más parecido al de una cabaña donde las habitaciones son luminosas, donde los ventanales son protagonista. Es mayor la presencia de la madera tanto en los pisos como en muebles, con detalles rústicos, lo que se asemeja a un entorno de montaña.

Por una escalera angosta se accede al tercer piso donde hay un hallazgo: se trata de un espacio neutral en diálogo con el techo balinés. Por una ventana se puede contemplar el barrio y las formas zigzagueantes del lago que separa Los Puentes de La Isla. El ambiente es acogedor e invita a la reflexión.

Los tres niveles están muy bien pensados para vivir tres experiencias diferentes en un mismo hogar. “Viajo mucho desde chico, tanto a la montaña como a la playa, porque surfeo y hago snowboard. El agua y la montaña están siempre presentes en mis planes familiares. Nos encantó trasladar todo lo que diariamente nos gusta a la casa donde queremos vivir” concluye el vecino.

Una Ciudad en crecimiento

“Vamos a pasar Navidad acá. Estar solos es loco. No hay vecinos por el momento. Pero estamos muy tranquilos. Adentro de Nordelta es todo muy seguro” reflexiona el vecino mientras toma un jugo de naranjas sentado a la mesa de madera rústica dispuesta en el living de planta baja.

Por el momento, la casa es una de las únicas iluminadas por la noche dentro del Barrio Los Puentes. Muy cerca, con acceso por Avenida de los Lagos, se puede ingresar a Nordelta Centro, el desarrollo que va a marcar un upgrade para la Ciudad con el desarrollo de Área Beta. El vecino asegura que Los Puentes será un barrio tecnológico al que apostaron en una Ciudad que tiene mucho para ofrecer: “El lifestyle de Nordelta es algo muy difícil de igualar en muchas partes del mundo”.

En ese marco, la casa que acaban de construir representa un logro muy esperado. Definitivamente no es una “casa de revistas” como dice Juan Martín: “No todo tiene que ser sofisticado. Tiene que ser vivible. Tuvimos que resignar cosas. Con el voladizo del techo nos pasó. Le quitaba metros cuadrados a la casa, pero realmente valió la pena porque ves la casa desde afuera y el techo es todo”.

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