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Aeroyoga, ahora en el Club Nordelta

Las hermanas Alejandra y Juliana Cordero destacan los beneficios del método Aeroyoga para el cuerpo y la mente. Las clases son en la sede Colegios del Club.

Al entrar al salón de clases, la impronta de las hermanas Cordero está presente en la gama de colores de la decoración del espacio y el clima que crean los columpios con telas colgantes. La música relajante invita a la introspección.

“Somos profesoras e instructoras pasionales. Esto nos hace sentir mejores personas” afirma Alejandra (40) quien con su hermana Juliana (33) llevan adelante la escuela Rakhi Aeroyoga, una disciplina innovadora que se sumó a las opciones del Club Nordelta.

Las clases se realizan de lunes a viernes en la Sede Colegios del Club, Avenida de Los Colegios 160, y combinan ejercicios de yoga en columpio con aeropilates y aerofitness.

Salir de la zona de confort

“Había tenido un accidente en mi trabajo de oficina y no podía quedar embarazada. Era un momento en el que tenía que bajar un cambio. Empecé a hacer aeroyoga y me atravesó” asegura Alejandra.

Su práctica era en el Centro Argentino de Yoga de Quilmes. Hasta ese momento era el único lugar habilitado para enseñar esta práctica proveniente de España. Ahora la escuela Rakhi Aeroyoga es el segundo lugar certificado para la formación de instructores.

“Mi profesora Nanda se fue a vivir afuera y yo quería seguir con aeroyoga. Le pedí a Juli que me acompañe y empezamos a hacerlo juntas” explica Alejandra naturalmente. En 2020 abrieron un local en el edificio North Coral y, pasada la pandemia, se mudaron a Puerta Norte. Ahora son parte del Club Nordelta.

“A pocos días de terminar el curso de aeroyoga, me enteré que estaba embarazada. Sin dudas esto me activó algo” reflexiona Alejandra, quien tiene dos nenas, Bernardita y Federica. Juliana es mamá de Mateo.

Aeroyoga en palabras

Las hermanas explican esta actividad como algo creativo. “Para mí aeroyoga es desafío, autoconocimiento y placer” dice Alejandra.

“La conexión del cuerpo, mente y alma está presente" define Juliana en relación a la definición de aeroyoga. "Para mí es una conexión con el cuerpo, una desconexión con el afuera, y una gran alegría” agrega.

“El columpio tiene algo mágico. No sólo trae beneficios físicos, sino que además te cambia mucho la cabeza. Acá se canalizan miedos e inseguridades” dice Juliana.

Hermanas y socias

Cuando se les pide una definición del vínculo entre sí, Alejandra y Juliana eligen muy cuidadamente las palabras que van a emplear. En sus miradas aparece una valoración mutua. Si bien se presentan como diferentes (una “más mental”, la otra “más emocional”), se nota que son muy compañeras en el día a día, como hermanas y como socias.

“Nos complementamos muy bien en la visión que tenemos de aeroyoga. Todas las clases son diferentes. Hay 40 posibles ejercicios, con lo cual cada una pone su impronta y las alumnas tienen siempre experiencias diferentes” argumenta Juliana. Por su parte, Alejandra apela al vínculo que se va creando con la tela en el aire: “El columpio te contiene y te libera. Estás en el aire, pero tu cuerpo está contenido en la tela. Es casi un útero o una mariposa antes de nacer”.

Las clases duran 1 hora. Los martes y jueves comienzan 8.30, y los lunes, miércoles y viernes a las 9 horas, y siempre duran hasta el mediodía. Solo los miércoles hay turno tarde a partir de las 18 horas. Las hermanas las planifican de tal manera que la persona que va un día fijo a la semana, tenga variedad de contenidos clase a clase.

“Nuestro mensaje es de empoderamiento. Todos estamos en una búsqueda personal y quizás sanando cosas. En poco tiempo se pueden hacer ejercicios que al principio parecen imposibles” explica Alejandra.

Conocé la actividad de aeroyoga en Clubnordelta y AeroyogaNordelta

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